lunes, 31 de diciembre de 2012

Año viejo



Se acaba todo
hasta  aquí hemos llegado
si lo llego a saber no nazco
menos mal que termina
por fin llegó el fin
del mundo del  año y del día
aciago
solo amable si miro a la Osa Mayor.

Se apagan las campanas
ningún alcohol embriaga suficiente
ni  la Oda a la Alegría alegra nada
da igual que lo canten diez mil
o que sean millones
¿qué va a cambiar esto?
si una sola persona
no puede oír porque sufre
jodida vida
que callamos los satisfechos
en nombre de nosotros
imposible felicidad
de mirada en ombligo egocéntrico.

El cuarto movimiento no será el último,
habrá que pudrirse en semilla
en silencio
habrá que creer de una vez
que la vida no se acaba,
se acaba todo si  te guardas para ti,
si no haces algo
mientras uno solo sufre un poco.

Y aún queda tiempo
para dar gracia no a dios,
a la bonita, existencia
que soporta mis trasiegos,
en el último segundo
que termina.

Así



Están todos
desde el primero al último
hasta críticos feroces mordiendo sobras
pero es fácil ver la ausencia
permite que me equivoque
¿renaci qué?
no mientas pícaro
¿o era miento? no,
dejémonos de acepciones,
vayamos al quid
deconstruye sustancias
falta una preciosa, a  las doce
no, está aquí
cierra los ojos
el deseo

domingo, 30 de diciembre de 2012

En cada gota



¿Has tocado el rocío de la mañana?
si lo haces sé delicado
en cada gota
se desliza una mar,
cuando te acerques
acaricia su lágrima
con el dedo meñique
y oye el chelo de sus olas
muy atento
no se apague el agua

Winter Star - Tina Guo

A la ternura





Cuando el viejo se hizo niño
regreso al futuro,
y el niño quitó los sillares
al hacerlo no pudo ser frío
en ciertas  cuestiones,
quito uno y le dijeron inocente
!ese muro es grande para ti¡
pero el muro cayó un poco
luego otro y otro
otro poco y otro poco
y volvían a decir
!ese muro es grande para ti, irracional¡

Luego vinieron los listos a sentenciar
!ese muro es grande para ti¡
mucha imaginación tiene éste.

¿Quién leche cree a los niños?
esos enanos ancianos que imaginan sin límite
lo que no existe porque es libre.

No sabían que ese niño no creía en los reyes magos
desde el día que descubrió a su madre
poniéndole el juguetillo,
cuando ella sonrió y gesticuló,
era tan pequeño en sus manos
y tan grande
que le dio el mayor regalo,
y el niño desde entonces creyó en ella, sin nostalgia
sin objeto sin frontera
y porque sí, sin más motivo,
no eran grandes esos muros,
los derriba la ternura.