Allí viven los números
mágicos
tres siete diez y tantos,
identidad que te remite al
origen
y por fin descubres que no
sabes quién eres,
he avanzado algo.
Me dijeron que no perdiese
tiempo mirando el espejo
alguna vez que lo hice no me
gusté
el gris espanto mutaba a rojo
a verde
después me dio igual
miré donde no caben
camaleones ni colores.
Necesito la ilusión que me da,
si no, me muero viviente,
pero ¿qué es la ilusión?
compartir sin exigencias,
no obstante
someteré el necesito a
crítica.
Cuando entiendas calla
que la razón no atropelle lo
que importa,
no amarres los castillos en
deriva
la ternura la belleza
se acompaña con dolor ni
cosas, sin saber, ya lo sabía.
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