El séptimo día se acabó la palabra
nació la contemplación
preñada de mantra
en el centro el vacío
y el continente hecho
cascotes
girando alrededor lleno de
nada
Al ordenador que compone
le das tiempo e instrumentos
y hace música
el pentagrama amordaza los dedos
sin desafinar medio tono
El repartidor de carnes mata la artesanía
y en directo pierden mucho,
los que ganan se ocultan a
degollar en cadena
domestican reivindicaciones
con huesos,
nadie empata
Los equilibrios son del siglo
pasado
ahora las cuerdas son flojas
con dinero tintado en sangre,
la banca aborta a adulta
tiene sus días contados
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