Fue el silicato de aluminio
crecido en coloide
impregnándolo todo
a infundir unas manos,
modeló la muñeca, la palma
los dedos uno a uno
dibujó los pliegues las
huellas,
no rechistó el ladrillo ni el
cuenco
despertó la
ocarina
sonando pequeñas partículas
que acunaron el sueño,
le animó fuego de colores
y la arcilla creó al alfarero
embarcado
en miles cacharros,
botijos de agua fresca
tabletas cuneiformes
sillares para muros que
cobijan o dividen,
mezcló limo con lodos
inventó giros y tornos,
arte suelo loza y techo
le amarran el fango
le imponen el kitsch
matan al artesano
todo se mancha
y nadie preguntó a la arcilla
qué quería
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