El mendigo de verdad,
el de pata negra
el que nadie quiere,
al que nunca le faltó de nada, sin excesos
no quiere pan ni moneda
le basta su escalón
la madrugada.
Cartones de menos
no quiere sobras
le robaron tantas cosas en el paso,
le duele el alma
le arrancaron los cariños a tarascadas,
no llora y no es por vergüenza,
los hombres lloran,
El mendigo de verdad,
el de pata negra
el que nadie quiere,
vive a ser espectador
sólo quiere que lo quieran,
hasta que llegue la niña
una palabra una mirada.
El mendigo de verdad,
el de pata negra
el que nadie quiere,
está triste
porque muere la poesía
cuando la chispa la apaga
y entonces llora
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