martes, 30 de diciembre de 2014

Fiambreras II


Quien ni aura, ni embalsama, ni gasta en perfume
regala a los próximos
Con condición de que sean objetos usados en tarea pasada  
cuestión de aligerar caja que alegró alguna historia
y claúsula de envoltura en fiambrera
recordatorio de micro continente hambriento y derivas macro precarias

Nada más lejos de un catálogo

Al pediatra, algo de geólogo decrecentista, lo más parecido a un niño.
Dos puntas de flecha al veterinario, quien mejor comprende innecesarias heridas.
A matemático un tangram que no oculta la verdad o la intención en malicioso.
Mujer de piedra blanca descubriendo a la ignorada África para la profesora de Lengua.
A la medioambiental un juego de encajar bolitas sobre  el beso de Munch, mucha  espontaneidad.
Rosa del desierto a la que vas a su casa y zoológico, entiende de no haya gato abandonado.
Al informático otro juego de bolitas sobre fauna de agua, ya es sabio en volar palomas de paz.
Muñequita rusa a la enfermera que a veces UVI y otras reivindica y a mitad del camino tiene mellizos.
A la doctora una casita cerámica, todo balanza, ni un niño sin hogar.
Escriba sentado que es capaz de apreciar para el empresario informático, dos equilibrios conjugados.
A la hermana un lagrimal romano que trata humano a quien palos y cárcel, al joven a la anciana.

Quien decidió colgar la tiza
no va a contar ahora el uso que dio a los objetos
con entre tiernos y locos, descabezados o centrados.
Son secretos que guarda con de primeros
que le enseñaron la mejor didáctica imaginación
y lección de alas libres.


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