De caldera a domo
aguja de manómetro sin
la noche luna
hora pálida y reloj
de vanos
andén y ráfaga de humo.
Sonó el silbato del
jefe de estación.
En el tren con chimenea
de la niñez
no arredró de
carbonilla derribo ni expiro
giró de tizne y mostró
cara
campo donde crece la
oxígena cromancia.
Y pues escribió en
cerámica
a horno de año luz un
segundo de luciérnaga.
Espejitos con limón, miel
en la mar
bosque de olor, caballito
de cielo.
El aleteo de mariposa se sintió al otro lado del mundo.
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