Entre
las dos cuencas oculares,
en
la parte posterior
donde
el eje perpendicular
toca
al plano paralelo
de
las fosas nasales hacia dentro,
ahí
está el punto
que
te empuja
de
lágrima fácil plañidera,
te
infla las nariz cuando hace falta
no
aguanta impertinencias,
llama
al rayo y se rebela
junto a botes pequeños,
grita
en la proa
y tiembla
la quilla,
en
bar cutre con un té y dos amigas
abraza
al migrado sin remesa,
ese punto
hacia arriba se enamora
besa
en medio
abajo
inunda.
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