adornaron de tul
los salarios las jornadas
las máscaras de hierro
las prisiones
apremió la burbuja
se oxidó el utillaje
curro ¿dónde estás?
te perdí, te busco te deshaces
desarmados los ediles,
sin señuelo
de tierra prometida
sus tumores queman
las sandalias del presente ajeno
el trabajo hace libre
dice la puerta del infierno
a los cesantes
obligados a subsidios de miseria
no llama la espiga
a la hoz
que le siegue el sustento
toca narices al grano
abone el excremento
la tierra al pan
cualquiera al semejante
ni un átomo de vida al poder
pretenden apagar
a órdenes de cementerio
la dinamita verde
de tu grito a la noche
su gracia es armario inmoral
repleto de nada
sus sicarios magullan con dogmas morados
de dolor frío
entérate engullidor
rallas la siesta el juego y los respiros
y la que más me duele
la decencia
me ha sacado una sonrisa la referencia a aquel curro descerebrado que solo pensaba en irse al caribe... o en ser mascota de una expo...
ResponderEliminarUn poema excelente, Rafael: tan claro, tan limpio, tan certero.
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