Penetra
en el recinto
rugen
los cimientos
todo
titila sin miedo.
Pasadas
las tres
una
tarea saja hasta el hueso
no
duele el nervio roto.
Sin
lavar
aprovecha
como tinta
y
escribe pausado con pluma de oca.
La
mesa está llena de piedras
penúltimo
capítulo
acabando
Aes.
Aún
quedan pendientes los fantasmas
las
cunetas, Albert Camus
y
el plato de Schopenhauer.
Arde
cera de uva más tinta
y murmullo de agua
a una flor.
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