En
otra visita al museo, la persona que explica no llega a responder a la
pregunta: ¿qué ha sido de la action art?
Después
de los personajes de la abstracción y la
fotografía, ¿qué le queda por hacer a los artistas?, ¿Imaginan, estudian,
indagan, experimentan, se atreven...?
Marina
Abramovic se clava cuchillos entre los dedos de una mano hasta cortarse y
entonces cambia de cuchillo y sigue hasta veinte, se graba se observa y repite,
quiere experimentar sobre los límites del cuerpo.
Como
poética es una performance inquietante y arriesgada, pero su opción, en este caso abocada a la
autolesión y el dolor, es muy discutible. Hubo risas que me parecieron
irrespetuosas.
La
cuestión aquí es por qué vende todo eso en un museo, consideremos que debe
comer cada día, ¿queda algo más?, no sé qué es, decidí llamarle nodulor.
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